David Platt se caracteriza por ser un predicador provocador al hacer algo que en esencia es sencillo pero requiere valentía y confianza en Dios: Llamar a las personas a tomarse el evangelio y sus implicaciones en serio, de forma clara y sin disculparse por eso.
Esto es precisamente lo que él sigue haciendo en su libro más reciente, “Contracultura: Una llamada compasiva a la contracultura en un mundo de pobreza, matrimonios del mismo sexo, racismo, esclavitud sexual, inmigración, persecución, abortos, huérfanos, pornografía”.
Es llamativo cómo Platt se atreve a hablar en un solo libro sobre cada uno de los temas más controversiales en la actualidad, dedicando un capítulo a cada asunto, desde una cosmovisión fundamentada en la Palabra de Dios. ¿Por qué decidió hacerlo de esa manera? Él confiesa:
“[U]na de las razones por la cual estoy escribiendo este libro es porque he visto en mi propia vida, en mi familia y en mi ministerio la tendencia a trabajar en forma activa y valiente en ciertos asuntos sociales mientras que en forma pasiva y no bíblica se descuidan otros. Además, tengo el sentimiento de que si miramos honestamente nuestra vida, nuestra familia y nuestra iglesia, tal vez nos demos cuenta de que mucha de nuestra supuesta justicia social es en realidad una forma selectiva de injusticia social” (pos. 130).
Así que este libro es una exhortación a responder con la Palabra de Dios y acciones concretas, ante las formas en que la cultura que nos rodea se aparta de la verdad, en amor a las personas, recordando principalmente lo que el evangelio significa.
“[L]a afirmación más ofensiva y contra cultural en el cristianismo no es lo que los cristianos creen en cuanto a la homosexualidad o el aborto, el matrimonio o la libertad religiosa. En cambio, el reclamo más ofensivo en el cristianismo es que Dios es el Creador, Dueño y Juez de cada persona en el planeta. Cada uno de nosotros está delante de él culpable de pecado y la única manera de reconciliarnos con él es a través de la fe en Jesús, el Salvador crucificado y Rey resucitado. Todos los que confían en su amor experimentarán vida eterna, mientras que todos los que rechacen su Señorío sufrirán muerte eterna” (pos. 336).
Platt escribe que es precisamente el evangelio lo que “provee fundamento para ir contra la cultura. Cuando realmente creemos en el evangelio, comenzaremos a darnos cuenta de que no solamente nos exhorta como creyentes a confrontar los asuntos sociales de la cultura que nos rodea. El evangelio en realidad crea confrontación con la cultura tanto a nuestro alrededor como dentro de nosotros mismos” (pos. 144).
Estamos frente a un libro lleno de ideas con serias consecuencias. Es claro que, en nuestra cultura, obedecer la Biblia nos traerá persecución por parte de personas en el mundo, e incluso de las que profesan ser cristianas. Así que este texto confrontará al lector, pero nunca dejará de ser compasivo resaltando la gracia de Dios.
Contracultura es un libro relevante para esta generación de creyentes, una excelente continuación de Radical, replicando toda su intensidad y siendo más práctico aún en su aplicación. Lo recomiendo a todo cristiano y oro que podamos poner en práctica su mensaje.