Algunas personas me han preguntado cómo leer más libros, así que pensé que sería bueno publicar este artículo con seis consejos.
1. Escoge buenos libros. Es difícil formar el hábito de la lectura si lo que lees no estimula tu imaginación o pensamiento de maneras edificantes y satisfactorias para tu alma. Aquí hay algunos libros que recomiendo para todo cristiano. Te volarán la cabeza.
2. Dile adiós a Netflix y a tu televisor. Esto es útil al buscar aprovechar el tiempo aprendiendo o divirtiéndote con cosas mejores. Debes saber que todo lo que producen las empresas de streaming y ves en la tele está diseñado para engancharte y disminuir tanto tu descanso verdadero (El CEO que Netflix dice que el sueño de los usuarios es la competencia de la empresa) como tu productividad. Ya tienes tiempo para leer más. Solo tienes que dejar de gastarlo en redes sociales, televisión, y Netflix.
3. Lleva un libro a todas partes. Todos los días tienes minutos “muertos”. Pueden ser un tiempo de espera en el banco, o en la sala de espera del médico. No desperdicies esos ratos.
4. Dile bye a las redes sociales que no aporten algo a tu vida. En lo personal, estoy de acuerdo con Cal Newport cuando dice que Facebook es la red social más prescindible que existe. Menos tiempo en Facebook, por ejemplo, equivale a más tiempo para lo que en verdad quieras hacer, como compartir en realidad con tu familia o leer por fin ese libro sobre tu mesa. Debes saber además que las redes sociales están diseñadas para fragmentar tu capacidad de atención, afectando la forma en que lees fuera de las redes sociales, haciéndote un peor lector. Nicholas Carr tiene un libro excelente sobre eso.
5. Sé estratégico con tus lecturas seleccionando el mejor tipo de lectura para el momento. Por ejemplo, si eres como yo y en las noches tienes menos energía mental que en las mañanas, te recomiendo dejar para las noches las novelas y biografías entretenidas mientras en el día lees libros más exigentes. Así leerás más rápido en las noches y con mayor eficiencia en general durante el día, lo cual nos lleva a nuestro sexto y último punto.
6. Recuerda que leer mejor es más importante que leer más. Esto es algo que, lamentablemente, apenas estoy entendiendo. ¿De qué sirve leer muchos textos si no retienes lo que aprendes en ellos e interactúas apropiadamente con sus ideas? Subraya libros, lee despacio, elimina distracciones siempre que puedas, relee lo que no entiendas bien, haz preguntas al texto, toma notas. Cuando te preocupas más por leer mejor que por leer mucho, disfrutas más lo que lees. Tu imaginación y pensamiento se expanden. Vas a desear leer más de manera más natural y esta lista será innecesaria.
Nunca he conocido a una persona con un carácter maduro que no lea mucho. Espero que estos consejos breves te sirvan en tu crecimiento. ¡Que tengas una lectura edificante!
(Imagen por Claudia).