Formar parte de una iglesia local genuina es crucial para el crecimiento espiritual de un creyente. Lamentablemente, en Latinoamérica hay muchas congregaciones donde la Biblia no es predicada con fidelidad y el evangelio no está en el centro de la vida en comunidad.
“¿Cómo crecer, entonces, si no formo parte de una iglesia sana?” Esa es una de las preguntas que más he recibido. Si esa interrogante asalta tu cabeza, hay algunos pensamientos que quiero compartir contigo y espero que puedan ayudarte.
Para empezar, debes entender que una iglesia sana no es un lugar donde todo es exactamente como a ti te gustaría. En cambio, es un lugar donde pecadores buscan vivir vidas centradas en el evangelio siendo fieles a la Palabra, aunque a menudo no toman las mejores decisiones.
Irte de una iglesia solo porque simplemente hay pecado en las personas que están allí es un sin sentido porque toda iglesia está formada por pecadores. Al mismo tiempo, irte de una iglesia por asuntos de preferencia personal tampoco tiene fundamento. Eso sería testificar que nuestras preferencias y gustos son más importantes que el Cristo que nos une.
Por otro lado, si en tu congregación hay errores serios, enseñanza contraria a lo más esencial de la fe cristiana, como menospreciar la Palabra de Dios, negar la Trinidad, liderazgo no aprobado por Dios, negar la suficiencia del evangelio, libertinaje o legalismo, y además no es posible impulsar cambios, necesitas huir de allí tan pronto como puedas. Es una falsa iglesia, una secta. Pertenecer a una congregación que no es saludable para tu alma es como ir a un centro médico que no tiene medicamentos.
Ahora, ¿qué hacer si ves en tu iglesia diferencias en temas doctrinales más secundarios, que no afectan a la salvación y las verdades principales de nuestra fe?
En ese caso, puedes considerar en oración mudarte a otra iglesia en tu ciudad más acorde a lo que ves en la Palabra de Dios. Si en tu ciudad no hay una iglesia más acorde a tus convicciones bíblicas en temas que podrían llamarse secundarios, sería mala idea irte de tu iglesia si en ella Cristo es exaltado en su enseñanza y cultura congregacional, a pesar de los problemas reales en la congregación. Las convicciones bíblicas importan, pero no debemos estar sin iglesia local centrada en Cristo cuando bien podríamos estar en una. He aprendido que es mejor estar en una iglesia genuina y redimida por Dios, aunque no sea exactamente como te gustaría, que estar en una falsa iglesia o estar sin iglesia.
Es evidente que no hay iglesia perfecta, y que una iglesia con mucho por crecer es mejor para ti que ninguna iglesia o convertirte en lo que he llamado “un brincador de iglesia”: alguien que va de congregación en congregación buscando una que sea 100% acorde a todo lo que cree, vive, y piensa, pero sin comprometerse con ellas para servir, establecerse, y plantarse con miras a crecer y ayudar a otros.
Por último, no compres la mentira de que puedes crecer en el Señor solamente con “asistir” a servicios en iglesias sanas vía Internet, y leyendo artículos y libros cristianos sanos.
Ver sermones llenos de la Palabra de Dios, centrados en el evangelio, y leer libros excelentes fue de enorme edificación para mi vida cuando me encontraba hace unos años saliendo de una congregación para irme a otra. De hecho, todavía me edifican bastante y confío en que pueden ser de enorme ayuda para ti si deseas crecer en el Señor. Pero eso no sustituye el pertenecer verdaderamente a una iglesia local, incluso aunque a veces sea difícil congregarte en ella debido a lo lejos que puede estar de tu casa. Dios es adorado cuando nos esforzamos por participar de la vida de una iglesia local, obedeciendo su Palabra.
A Dios le ha placido que el crecimiento espiritual del creyente sea en comunidad, en medio de relaciones de compañerismo con nuestros hermanos en la fe. Necesitamos servir a nuestros hermanos, aprender de ellos, y recordarnos en equipo todo lo que Dios es para nosotros en Jesús. La iglesia de Cristo, para el creyente, es como un oasis en medio de un desierto.
Imagen: Juan116.