“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17)
… y parte de todo eso que hace la Palabra de Dios, es alentar a los hijos de Dios a vivir cada día más para Su gloria y darles fortaleza en momento difíciles.
La vida cristiana no es un cuento de hadas como muchos falsos evangelistas predican. Es por eso que en la Biblia hay palabras y versículos de aliento para ti y para mí. Promesas de Dios que debemos abrazar en fe.
Hay MUCHOS pasajes alentadores en las Escrituras, pero hoy quiero compartir tan solo tres de ellos contigo y exponerlos brevemente, a fin de invitarte a adentrarte más en la Palabra de Dios. Estos versículos me han dado fortaleza y aliento.
Dios terminará lo que empezó en ti
“… estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6)
La carta a los filipenses es uno de mis libros favoritos en la Biblia. Es alentadora y nos habla de que Jesús es más valioso que todo lo demás.
Pablo escribe la carta desde una cárcel a una iglesia que está siendo perseguida. En la carta, él empieza dando gracias a Dios por la comunión de los cristianos en Filipos y hablándoles de la seguridad de nuestra salvación: Dios no nos abandona en ningún momento. Él terminará lo que empezó en nosotros. Esto debe llenarnos de gozo.
En el primer capítulo de la carta, Pablo prosigue hablando sobre cómo su encarcelamiento ha servido para algo muy bueno, y luego en el versículo 29 escribe: “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él…”
¿Qué significa esto? Significa que ser cristiano es también tener momentos difíciles. De hecho, son un regalo cuando lo tenemos a Él. Un cristiano que no tiene tribulaciones y no es perseguido ni criticado por el mundo, no es un cristiano (Hechos 14:22).
En medio de nuestras situaciones difíciles podemos conocer más a Dios, recibir gozo y dar testimonio ante el mundo de quien es Jesús. Muchas de las experiencias más profundas de la gracia de Dios que un cristiano vive en la tierra, son en medio de tormentas.
Pablo desde la cárcel les está diciendo a los cristianos en la carta: “Dios tiene todo bajo control en mi vida y también en la vida de ustedes. Él no se ha olvidado de lo que empezó. Él lo terminará”.
Lee también: ¿Cual es la voluntad de Dios para nuestras vidas?
Nada pasa por casualidad
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28)
Mucha gente conoce este versículo, pero conocer realmente qué significa y su contexto es algo más maravilloso aún.
En los versículos anteriores (26-27), Pablo escribe que “el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”.
Entonces tenemos que no importa qué pensemos o incluso qué oremos, el Espíritu Santo siempre ora por nosotros de acuerdo a la voluntad de Dios y es por eso que todas las cosas que nos pasan nos ayudan a bien. ¿Y por qué nos ayudan a bien? Veamos qué dicen los versículos siguientes:
“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (29-30).
Todo lo que Dios orquesta en la vida de un cristiano es para hacerlo como Jesús. Hemos sido predestinados para eso. Es algo que Dios hace por amor a Su nombre, “para alabanza de la gloria de su gracia” (Efesios 1:3-6).
¿Y sabes qué es alentador? La forma en que Dios salva. Todos los predestinados terminan siendo glorificados. La cadena nunca se rompe.
Me llama mucha la atención la forma en que Pablo ya ve como un hecho nuestra glorificación. Y es que Él lo ve así porque Dios ya nos está viendo en el futuro siendo como Él quiere que seamos, gracias a la obra de Cristo.
Sueño con el día en que amaré a Dios con un corazón sin pecado, pueda verlo cara a cara, y yo sea lo que Él quiere que sea. En Su Palabra, Dios nos garantiza que ese día llegará y que todo lo que estamos viviendo conduce hacia ese momento.
Es por eso que Pablo más adelante dice que “… ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (38-39).
Así de grande es la misericordia de Dios. Infinita. Eso es alentador.
Dios te ama como a Jesús
“Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (Juan 17:23)
En el contexto, Jesús está a punto de dar Su vida por nosotros. Ora por sus discípulos antes de la crucifixión, y en medio de la oración empieza a orar por ti y por mí (versículo 20).
Luego Jesús ora que nos ha dado la gloria que le dió a Dios para seamos uno en Él (22)… y luego, en el versículo 23, Jesús revela que Dios nos ha amado como lo ha amado a Él.
R.C. Sproul una vez escribió lo siguiente: “Saber que Dios me ama a pesar de que me conoce, es de hecho mi máximo consuelo”. Yo también puedo decir lo mismo.
Así como Dios siempre está con Jesús, Él también siempre está con nosotros y nos ama sin medida a pesar de que no merecemos Su amor.
El infierno es una realidad. Merecemos la ira de Dios por toda la eternidad, pero Dios, en Su gran misericordia dio a Su Hijo por nosotros (Lee sobre eso en Romanos 3).
Dios nunca debe misericordia, pero nos ha dado misericordia abundante. Dios no nos debe amor, y nos ha dado todo y eso incluye Su amor.
Si esta verdad no te llena de gozo y agradecimiento a Dios, entonces no la estás saboreando.
Hemos sido adoptados por Dios, por lo tanto Él nos trata como si fuésemos Sus Hijos. En verdad lo somos, y aunque a veces no lo entendamos, Él nunca deja de amarnos y de cuidarnos en medio de todos nuestros momentos difíciles (Romanos 8:15-17).
Es mi oración que la Palabra de Dios que he compartido contigo te llene de gozo, encienda en ti un deseo por conocer más la Biblia y te impulse a amar cada día más a Dios y vivir para Su Gloria.
PD: ¡Este es el post 200 en el blog!