Emanuel Betances no solo es un buen amigo de quien puedo dar testimonio de su integridad y doy muchas gracias a Dios por él, sino que además es alguien con muchas cosas para decir, y por eso es un gozo entrevistarlo sobre la vida cristiana (¡no hay vida fuera de Cristo!).
Emanuel es un dominicano que ama predicar a Jesús dentro y fuera de Internet, y que ha trabajado activamente con varios ministerios evangelísticos en varios países de Latinoamérica y en los Estados Unidos. A continuación la conversación.
Sé acerca de tu testimonio y cómo tu vida cambió cuando Dios te llevó a leer más la Biblia. ¿Nos hablarías aquí un poco sobre eso y la importancia de leer la Palabra para andar en la verdad y tener discernimiento?
Gracias mi querido Josué por la oportunidad que me brindas de compartir parte de mi testimonio con tus apreciados lectores.
Tuve la dicha de nacer y crecer en una familia cristiana en la histórica ciudad de Santiago de los 30 Caballeros, en la región norte de la bella República Dominicana. Mi padre fue pastor por muchos años, así que crecí rodeado de mensajes, libros, enseñanzas, conferencias, seminarios, servicios, etc. Yo sabía lo que era ser cristiano, o mejor dicho, sabía cómo comportarme como cristiano. Entendía lo que se esperaba de mí.
Con el paso de los años vine a los Estados Unidos, me casé con mi bella novia Priscila con quien tuve 3 hermosos hijos y serví fielmente en mi iglesia local. Para todo el mundo quizás yo tenía una familia cristiana ejemplar, pero en el fondo pienso que yo no conocía realmente a Cristo. Quizás hacía muchas cosas “buenas” por costumbre y no necesariamente por convicción.
Llegó una época en mi vida en que perdí el rumbo: Me descarrié, me dejé llevar por mi pecado al punto de que casi pierdo mi familia. Me auto-justificaba y culpaba a Dios por mi desdicha. Fue en medio de ese tiempo oscuro que Dios comenzó a trabajar conmigo. Él me hizo entender de varias maneras lo grave de mi pecado y la necesidad urgente que tenía de venir a Jesús arrepentido. Fue allí que comencé a buscar de Cristo y a pedirle que restaurara mi vida, mi matrimonio, mi hogar, mi ministerio.
De repente comencé a interesarme por la doctrina bíblica, a estudiar la Biblia con más detenimiento descubriendo cosas allí que nunca antes había visto o entendido. Comencé a escuchar sermones bíblicos y expositivos de pastores como John Piper, John MacArthur, Miguel Nuñez, Paul Washer, entre otros, y a leer sus libros y escritos.
Dios me permitió participar de varios viajes misioneros a diversos países como Nicaragua, Paraguay, Chile, la República Dominicana y Haití. Estos viajes fueron clave para que Dios ministrara mi vida, demostrándome Su amor y dándome algo que antes no tenía, un amor especial por los perdidos.
En fin, ¡fue como si me hubieran quitado las vendas de los ojos! El estudio de la Biblia también me ha llevado a darme cuenta de muchas doctrinas erróneas que yo creía, practicaba y enseñaba, quizás ignorando completamente que estaban mal. Dios me ha dado un celo por Su Palabra, por Su Iglesia y un mayor discernimiento.
Tanto dentro como fuera de Internet hablas mucho sobre la gracia escandalosa de Dios. ¿Cómo describirías brevemente la forma en que esta Gracia cambia nuestras vidas? ¿Cómo transforma nuestro carácter?
Es imposible valorar la gracia de Dios hasta que no entiendes que eres un pecador y que, no importa lo mucho que te esfuerces para ser “bueno”, nunca podrás remediar tu situación por ti mismo. Es por gracia inmerecida que somos salvos, que hemos sido reconciliados con Dios a través del sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz.
El momento en que entiendes esta verdad es el momento en que Dios te quita todas las excusas, toda la auto-justificación, todos los temores, todo lo que te impedía servirle de corazón y caminar en fe cumpliendo con tu propósito divino.
Eso fue lo que me pasó a mí. Pasé de ser un “cristiano” que servía a Dios por costumbre y/o compromiso, a ser un hijo de Dios que le busca, que le sirve por amor, que quiere agradarle, obedecerle. Por eso hoy le hablo a todo el mundo de Cristo. No me da vergüenza usar todos mis dones, talentos y los medios que Dios me ha puesto a disposición para glorificar a Cristo, para predicarle a otros sobre esta gracia que ha revolucionado mi vida completamente.
Pienso que la falta de más oración bíblica es un gran “agujero” que muchos cristianos tienen en sus vidas. Si tuvieras 5 minutos para hablar sobre la importancia de la oración a una persona que casi no ora, ¿qué le dirías?
Orar es vital para el cristiano. Jesús, siendo Dios, oraba constantemente, así que no tenemos excusas.
El apóstol Pablo le escribe a la iglesia de Tesalónica diciendo: “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1 Tesalonicenses 5:16-18). Vemos aquí claramente que los cristianos debemos ser gente gozosa, de oración y agradecida.
Reconozco que la oración es uno de mis puntos débiles. Aunque paso gran parte del día hablando con Dios, meditando en Su Palabra, hablándole a otros de Su amor, todavía no consigo tener un hábito regular de oración. Es decir, orar por un tiempo definido, a una hora definida, en un lugar definido. Es algo que con la ayuda de Dios me he propuesto lograr.
Andar en santidad y reflejar a Jesús es un tema del cual también hablas mucho. ¿Cuáles son las lecciones más importantes que has aprendido al respecto?
“Por lo tanto, vivan como hijos obedientes de Dios. No vuelvan atrás, a su vieja manera de vivir, con el fin de satisfacer sus propios deseos. Antes lo hacían por ignorancia, pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo. Pues las Escrituras dicen: «Sean santos, porque yo soy santo».” (1 Pedro 1:14-16)
Los hijos de Dios estamos llamados a vivir en santidad. ¿Es fácil? ¡No! ¿Es imposible? Para nosotros, ¡sí!; pero para Dios, ¡no! Esto es parte de la gracia escandalosa de la que hablo. Dios nos llama a ser santos pero, sabiendo que eso humanamente es imposible, primero nos viste en la santidad de Cristo y luego nos regala Su Santo Espíritu para guiarnos a santidad.
Me gusta hablar en las redes sociales sobre la santidad porque uso estos medios para predicarme a mí mismo; son algo así como un diario personal donde puedo mantenerme enfocado en lo que realmente importa. Este mundo está tan lleno de distracciones y de tantas cosas que te pueden hacer caer en tentación, que si no te mantienes en comunión con Dios a través del estudio bíblico, de la oración, de servir en tu iglesia, de predicarles a otros, fácilmente caes vencido por tus propios deseos y concupiscencia. Hablemos de Cristo, vivamos por Cristo, reflejemos a Cristo, glorifiquemos a Cristo.
¡Gracias por la entrevista! Dios te siga bendiciendo y usando.