En su libro Does Prayer Change Things? [¿La oración puede cambiar las cosas?], R. C. Sproul habla sobre Hebreos 11, un texto conocido como el «salón de la fama de la fe», y escribe lo siguiente que ha sido de mucho ánimo para mí, un «salón de la fama de la oración» (pp. 82-83):
«La Escritura no presenta una lista parecida de los héroes de la oración, pero resultaría fácil armar una lista de ese tipo. Utilizando el mismo formato del escritor de Hebreos, examinemos una lista parcial de los logros de la oración:
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- Por la oración, el corazón de Esaú fue cambiado respecto a Jacob, de tal manera que se reunieron de manera amistosa y no hostil (Gn 32).
- Por la oración de Moisés, Dios envió plagas sobre Egipto y luego las quitó (Éx 7-11).
- Por la oración, Josué hizo que el sol se detuviera (Jos 10)
- Por la oración, cuando Sansón estuvo a punto de morir de sed, Dios sacó agua de un pozo para su sustento (Jue 15).
- Por la oración, la fuerza de Sansón fue restaurada. Derribó el templo de Dagón sobre los filisteos, de manera que los que mató al morir fueron más que todos los mató en su vida (Jue 16).
- Por la oración, Elías detuvo la lluvia durante tres años y medio. Luego, por la oración hizo llover nuevamente (1 R 17-18).
- Por la oración de Ezequías, Dios envió un ángel y en una noche mató a 185 000 hombres del ejército de Senaquerib (2 R 19).
- Por la oración de Asa, Dios confundió el ejército de Zera (2 Cr 14).
El tiempo me faltaría para contar de Abraham, quien oró por un hijo y lo recibió a la edad de cien años; y de Moisés, quien recibió ayuda en el mar Rojo; y de los israelitas, que fueron librados de Egipto después de mucha oración; y de David, quien escapó de la traición de Saul por la oración; y de Salomón, quien recibió gran sabiduría como consecuencia de la oración; y de Daniel, quien pudo interpretar sueños después de orar. Hubo personas liberadas del peligro, sanadas de enfermedades, vieron a sus seres queridos sanados y presenciaron incontables milagros como consecuencia de la oración ferviente.
Si algo hacía Santiago, era mesurar la realidad cuando escribió que la oración del justo es poderosa y eficaz (5:16)».
Que el Señor nos ayude a perseverar en la oración.