Sí, leíste bien el título de este post.
Mientras muchas personas dicen la frase «vive cada día como si fuese el último«, hoy quiero decirte mi razón número uno por la que dejé de seguir ese consejo.
De hecho, yo nunca le diría a nadie que viva cada día como si fuese el último.
Esa filosofía de vida estaba arruinandome y hoy te contaré por qué.
¿Por qué dejé de vivir cada día como si fuese el último?
Es curioso que un montón de gente en las iglesias citan la frasecita «vive cada día como si fuese el último», cuando esa frasecita ni siquiera es bíblica, y de hecho, puede ser una piedra de tropiezo para muchos. Lo sé por experiencia, trust me.
Hace algunos años yo me tomé en serio el asunto de vivir cada día como si fuera el último. Creí que esa era la clave para disfrutar la vida que Dios quiere darnos.
Yo estaba equivocado.
En vez de enfocarme en hacer las cosas necesarias de cada día, andaba pensando en las cosas que no podría hacer ese día por falta de tiempo o porque no he vivido lo suficiente para crecer y estar preparado para realizarlas.
Tal vez esto te esté pasando y ni cuenta te has dado, o tal vez esto te haya sucedido en el pasado.
Yo pretendía vivir cada como si fuese el último, y eso me desmotivaba bastante por la siguiente y simple razón: ¡Todavía era muy joven!
El mundo me decía «vive cada día como si fuese el último», pero yo aún no estaba graduado ni tenía los recursos para hacer todos los viajes que planeo hacer alrededor del planeta y cosas así. Entonces, cuando yo aplicada esta «filosofía» de vivir cada día como si fuera el último, parte de mi mente me gritaba que era un fracasado, y es que yo no quería que el último día de mi vida estuviese lleno de imposibilidades.
Al tratar de vivir cada día como si fuese el último, podemos llegar a creer que no hemos logrado nada en la vida, e incluso podemos llegarnos a sentir afanados, pero eso se debe a que estamos estamos limitando nuestras vidas y desconfiando de Dios (como te diré más adelante).
Esa es la razón #1 para no vivir cada día como si fuese el último.
Eso me desanimó por MUCHO tiempo y no me permitía estar al tanto del significado de mi existencia. Por irónico que parezca, vivir cada día como si fuese el último me distraía del ahora y de las cosas que realmente importan (eso es algo que hablo brevemente en mi ebook; puedes descargarlo gratis aquí).
Incluso, me llegué a culpar de cosas que no eran mi culpa. Imagínate lo estúpido de esto: Yo me culpaba de tener 18 años y aún no ser profesional hasta que luego comprendí que no nací por accidente el día en que nací.
Todo porque se me había dicho que tenía que vivir cada día como si fuese el último.
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Yo vivía bajo las expectativas que el mundo y la cultura me habían enseñado. Era esclavo de esas ideas y no tenía libertad. No sabía que el mundo no sabe medirse a sí mismo (2 Corintios 10:12), así que ¿Con qué moral el mundo me iba a decir que tenía que vivir cada día como si fuera el último?
Hubo un momento hace tiempo en el que estuve muuuy confundido por todo este asunto, así que me hice esta pregunta a la luz de la Biblia:
¿Cómo vivir la vida?
La Biblia no nos dice que vivamos cada día como si fuera el último por nuestro bien, ya que Dios no quiere vernos afanados y sentirnos desanimados innecesariamente.
Sin embargo, la Palabra de Dios nos habla lo siguiente:
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
Creo que esta es una enseñanza escondida que podemos aprender de la parábola de la fiestas de bodas (en Mateo 22) y la párabola de las virgenes (en Mateo 25). Básicamente, se nos habla de hacer lo que tengamos que hacer.
Esto es mucho mejor que tratar de vivir cada día como si fuese el último y a continuación te diré por qué.
Como digo en mi libro, nunca sabemos todos los pasos que tomaremos en la vida, pero siempre sabemos en Jesús cual es el siguiente plazo: Necesitamos tomarlo.
Dios quiere que vivas tu hoy en vez de empezar a vivir tu mañana. No puedes hacer lo segundo en realidad. Él no quiere que te distraigas, por pensar en el futuro, de lo que Él quiere que experimentes y hagas en el ahora.
Cuando yo vivía cada como si fuese el último, yo estaba limitando mi gozo al limitar en mi mente cuanto iba a vivir a yo… Y la verdad es que todo cristiano va a vivir por siempre. Entonces, ¿para qué afanarse? ¿no es mejor vivir cada día reconociendo esta verdad mientras no dejo para el día siguiente lo que puedo hacer hoy?
Vivir cada día como si fuera el último es desconfiar de Dios al creer que todo en nuestras vidas depende de nosotros y creer que nuestros planes son mejores que los de Él.
Hoy disfruto mi vida más que nunca y vivo en abundancia…
- Sabiendo que Jesús sabe que no puedo vivir en realidad el día de hoy como si fuese el último de mi vida, porque hoy no es el último día de mi vida y aún tengo mucho por crecer.
- Reconociendo que las medidas del mundo sobre cómo debemos vivir están equivocadas.
- Decidiendo vivir un día a la vez haciendo lo que nací para hacer hoy.
- Comprendiendo que si muero hoy físicamente, hice lo que tenía que hacer hoy gracias a Dios: nada más y nada menos.
He comprobado que esto es mejor que vivir cada día como si fuera el último, y estoy seguro de que esto es vivir cada día como si fuese el día en que vendría Jesús. Él no es amoroso y justo, y sé que no me preguntará por qué no hice cosas que nunca tiempo para hacer (porque todavía me queda mucho por vivir). Al contrario, Él me preguntará qué hice con lo que YA me ha dado (Mateo 25:14-30).
Recibiremos alabanza de Dios si decidimos hacer a diario las cosas que nacimos para hacer en el presente que vivimos (Mateo 25:21).
Esto es un gran alivio si el amor de Dios impulsa tu vida.
Dime,
¿Te atreves a NO vivir cada día como si fuese el último?