Vivimos en un mundo manchado por el pecado, bajo la influencia del “padre de mentira” (Jn. 8:44). Muchas mentiras vienen a nosotros en formas de susurros peligrosos, como la voz de la serpiente en el huerto del Edén. Otras vienen en formas más explícitas, como gritos de guerra en medio de nuestra cultura apartada del Señor. Prácticamente no hay momento en que no seamos bombardeados por mentiras… incluyendo en el noviazgo.
No te equivoques: si eres un creyente que desea honrar al Señor y estás en un noviazgo con una creyente, y juntos quieren glorificar al Señor con sus vidas mientras se preparan para el matrimonio, puedes tener certeza de que Satanás odia lo que ustedes están haciendo.
Satanás conoce que el matrimonio es una hermosa imagen del evangelio y la consumación apropiada del amor entre un hombre y una mujer, el cual dirige nuestra mirada al amor de Cristo por su iglesia (Ef. 5:25-33, Ap. 19:6-10). Satanás sabe que Dios se complace en usar a dos pecadores redimidos por gracia que deciden unir sus vidas ante Él y ayudarse mutuamente a crecer a imagen del Salvador. Y por eso Satanás atacará tu noviazgo con engaños.
Estas son tan solo cinco de las mentiras que tu noviazgo necesita evitar:
Mentira #1: El noviazgo es lo más importante en el universo.
Como he escrito en otro artículo, al estar enamorados, o cuando nos dejamos engañar por lo que la cultura que nos rodea suele hablar sobre el noviazgo, es fácil sentir que el noviazgo es la cosa más grande, importante, y necesaria en todo el mundo. Pero en realidad no lo es. Cristo es lo más grande, importante, y necesario.
Esto es lo que ocurre cuando tu noviazgo compra la mentira de que la relación es lo más importante: idolatría. Y ningún ídolo podrá satisfacer el anhelo más profundo de tu corazón y el de tu pareja. Idolatrar el noviazgo les hará exigir demasiado el uno del otro, o vivir miserables si la relación no siempre luce digna de fotos en Instagram que acumulen muchos likes, o vivir entregando absolutamente todo lo que ustedes son a esa relación (atesorando la relación más que a Dios) y tener un desbalance en el resto de su vida.
En realidad, la gloria de Dios es lo más importante (Ro. 11:36) y Cristo es lo más necesario. Cualquier noviazgo en la tierra es incapaz de morir por ti, reconciliarte con Dios, darte en el Señor una esperanza firme para afrontar cualquier circunstancia en tu vida, y mostrarte la gracia que solo Cristo puede mostrarte. Es eternamente mejor no tener un noviazgo y tener a Cristo, que tener un noviazgo que luzca bien y no tenerlo a Él.
Mentira #2: Estar en un noviazgo te hace superior a quienes no están en uno.
Satanás conoce nuestra tendencia a compararnos unos con otros, a sentirnos superiores a los demás dentro o fuera de la iglesia con facilidad, y a despreciar los dones que Dios puede dar a nuestros hermanos en la fe cuando no somos humildes. Así que no debería sorprenderte que a veces llegue a tu mente la mentira de que estar en un noviazgo te hace superior a otro soltero que todavía no está en una relación de noviazgo.
Necesitas rechazar esa mentira y abrazar la siguiente verdad: un noviazgo espectacular, por más hermoso que sea, no es un premio para los mejores jóvenes o creyentes. Es un regalo de la gracia de Dios para dos pecadores, y al mismo tiempo la soltería también es un regalo del Señor (Mt. 19:10-12; 1 Co. 7; Stg. 1:17).
Solo cuando recibes el noviazgo como un regalo de Dios, puedes realmente glorificar a Dios por medio de él y seguir tratando con humildad a otros creyentes que no están en noviazgo. Si quieres guardar tu corazón del orgullo que nos endurece, recuérdate esta realidad.
Mentira #3: Dios está en contra de nuestro máximo gozo.
Cuando vemos a Dios como un ser superior que es egoísta, que nos da mandamientos para restringir nuestra felicidad (cuando en realidad son para guiarnos a vivir en felicidad), la tentaciones a pecar y apartarnos de Dios serán más atractivas. A fin de cuentas, ¿quién desea obedecer de corazón a un Señor que no quiere lo mejor para uno?
La mentira de que Dios está en contra de nuestro máximo gozo es básicamente la que hizo que Adán y Eva se fijaran en el único árbol del que no podían comer. Y al hacerlo, perdieron de vista el resto del huerto en donde Dios los había puesto. Toda la conversación de Satanás en la tentación tenía este fin: desviar la mirada del amor y la bondad de Dios (Gn. 3). Me atrevo a pensar que esta es la mentira favorita del diablo. “Dios te da sus mandamientos no porque te ama, ¡sino porque no te ama y no quiere que seas feliz!”. ¡Cuánto engaño!
Vencemos esta mentira cuando tenemos nuestra mirada puesta en la mayor muestra del amor de Dios: la cruz del Calvario (Jn. 3:16; Ro. 5:8). Así podemos saber que Él nos ama con un amor inagotable, infinitamente más grande que nuestro pecado. Cristo fue a la cruz para garantizar nuestro máximo gozo: una eternidad junto a Dios. Solo así podemos ver los mandamiento de Dios como regalos de Él para nuestro bien (cp. 1 Jn. 5:3), y que en verdad es un placer vivir para obedecer a Dios.
Recuerden esto cuando la tentación sexual venga a ustedes en el noviazgo. Encuentren en la verdad de Dios la motivación y el poder para guardarse de la tentación. El gozo y placer que pueda brindarles el sexo antes del matrimonio es nada en comparación al gozo que Dios quiere que ustedes experimenten y disfruten para su gloria en obediencia a Él.
Mentira #4: Ustedes son lo suficientemente sabios para conducirse.
Vivimos en la época más individualista en la historia de la humanidad. Nunca antes hemos sido tan incentivados a no buscar la sabiduría de otros. En cambio, se nos dice que debemos “seguir nuestro corazón”. Nunca antes han sido tan relevantes las palabras bíblicas: “Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?” (Jer. 17:9).
La verdad es que nuestro corazón no es tan sabio como creemos. Dios conoce estas cosas y nos ama, así que…
- Podemos pedirle sabiduría de lo alto (Stg. 1:5; 3:17-18).
- Podemos pedirle que nos ayude a profundizar en su Palabra, donde ya tenemos todo lo indispensable y suficiente para nuestro crecimiento espiritual (2 Ti 3:16-17).
- Podemos acudir a los hermanos maduros en la fe que el Señor nos ha dado en la iglesia para que nos brinden sabiduría adquirida por la experiencia, nos ayuden a profundizar en la Palabra, y nos ayuden a abundar en hacer lo correcto (Heb. 10:24-25; Pr. 11:14).
La mentira de que tú y tu pareja son tan sabios que no necesitan consejos de otros creyentes ni ayuda de Dios les conducirá al desastre. No caigan en la trampa.
Mentira #5: La gracia de Dios no será suficiente para sostenerlos.
El propósito del noviazgo cristiano es conocer a tu pareja mientras se preparan para el matrimonio. En medio de este proceso, verás que tu pareja no es tan perfecta como te parecía el primer día en que entendiste que estabas enamorado. También es inevitable que conozcas más sobre tu propio corazón pecador. Por ejemplo, jamás llegué a pensar lo controlador que puedo llegar a ser como cuando estaba cerca la fecha de mi boda y yo pretendía ejercer omnipotencia buscando gobernar cada detalle de los que me rodeaban.
Cuando en el noviazgo se haga evidente que, aunque ambos sean creyentes y se amen, todavía son pecadores con luchas, temores, y debilidades, Satanás vendrá al ataque: “¿En serio creen que podrán perdonarse y ser humildes para pedir perdón? ¿Creen que van a poder soportarse, ustedes dos, pecadores necios?”. Y entonces necesitarán aferrarse a la verdad: Dios es experto en glorificarse en nuestras debilidades (2 Co. 12:9).
Sí, ustedes son pecadores, pero son pecadores justificados por Dios, redimidos en Cristo Jesús, y su gracia siempre será suficiente. Dios terminará lo que empezó en ustedes (Fil. 1:6). Él nunca los abandonará porque nada podrá separarlos de su amor (Ro. 8:38-39).
Recordar esto es la clave para concluir con valentía y gozo un noviazgo para la gloria de Dios, y que entonces comience un matrimonio que también sea para su gloria.
Una versión de este artículo apareció primero en Coalición por el Evangelio.