En los últimos días, he tenido que reflexionar en qué hace que una reseña de un libro sea buena, cómo puedo mejorar como reseñador y de qué formas puedo servir como editor en la formación de mejores reseñadores para la iglesia.
Tengo la convicción de que Dios es exaltado cuando Su pueblo lee con sabiduría y discernimiento, y cuando Sus siervos escriben buenas reseñas que ayudan a la iglesia a leer mejor.
Estos son diez «mandamientos» humanos que escribí luego de mi reflexión, de una forma que me hará más fácil recordarlos:
- No confundirás una reseña con una mera descripción, un resumen o una recomendación. La reseña un género literario es.
- No te harás imagen falsa ni hombre de paja de los argumentos del libro. Ama al autor como a ti mismo.
- Explicarás con brevedad la tesis y el argumento principal del libro, pero en los detalles innecesarios para tu crítica y reflexión no te adentrarás.
- Te acordarás de priorizar la interacción y reflexión por encima del resumen.
- Responderás las preguntas más apremiantes que tu lector tiene (o debe tener) sobre el libro. No dejarás sin tocar las implicaciones grandes de las respuestas.
- Cultivarás tu pensamiento crítico al leer en abundancia sobre los temas de los libros a reseñar. Procurarás tener áreas de especialidad.
- Honra a tus editores y escucha su voz para que tus días como escritor de reseñas sean prolongados en la tierra.
- No entregarás tus reseñas fuera de tiempo.
- No excederás el número límite de palabras acordado.
- Te humillarás en tu corazón para estar dispuesto a aprender del autor y serás valiente para decir dónde está equivocado, si lo está, y por qué.
El más grande de estos mandamientos editoriales es el primero, y el segundo es semejante: «Acuérdate de priorizar la interacción y reflexión por encima del resumen». De estos dos mandamientos dependen toda esta ley para escribir reseñas.
PD. Si estás buscando algo bueno para leer, aquí está mi lista de lo mejor que leí durante el año pasado.