Este es un post de desahogo, pero por encima de eso es un post en donde quiero extenderte una invitación a que confíes en Dios como tal vez nunca lo has hecho.
El otro día, me topé en Facebook con una “guía profética 2014” hecha por un “apóstol” muy reconocido. Una especie de horóscopo para falsos cristianos. Una charlatanería que muchas personas que profesan ser cristiana creen.
Eso es una muestra de lo que abunda en esta época del año. Muchos profesantes del cristianismo viven en placebos. Justo ahora, muchos cristianos “arrebatan” y “declaran” cosas para el 2014. Otros buscan “palabra profética”.
Seamos honestos: Todo eso suele rondar en lo fantaseoso y en la mistificación de muchos conceptos bíblicos torciendo pasajes de las escrituras y sacándolos de contexto.
Cuanto más leo la Biblia, más aprendo que no necesito hacer ninguna de esas cosas (¡y que tú tampoco las necesitas!).
Me he dado cuenta de que las personas que no estudian la Biblia son las mismas que creen que ella no es suficiente. Es la razón por la que buscan «revelación» y “profecías” para el 2014 en todas partes… menos en la Biblia. Como si las promesas de Dios no fuesen suficiente, se la pasan declarando un montón de cosas que seguramente no están de acuerdo a la voluntad de Dios. Esa es una forma de despreciar a quien nos ama sin medida.
El mejor plan que podemos tener para los próximos 365 días y para toda la eternidad, es conocer más a Dios y dejarnos sorprender por Él.
No importa cuánto “arrebates”, “pactes” y “decretes” para este nuevo año, por encima de todo permanece la voluntad y soberanía de Dios. Por eso te invito a que no creas en metafísica barata disfrazada de palabra de Dios ni confundas los propósitos de Dios para tu vida con tus planes de autorrealización personal.
Dios le da las mejores cosas a quienes lo dejan escoger a Él.
Esa es una de las cosas más hermosas que Dios me ha permitido aprender. Este 2013 que está terminando, pude comprobar que no necesito saber qué pasará mañana ni acudir a «profetas». Nunca lo he hecho y nunca ha sido importante.
Además, en toda mi vida tampoco he declarado nada, y Dios nunca me ha desamparado ni dejado de bendecir. Todos los días lo conozco más y soy abrumado por Su grandeza. De hecho, Él ha respondido mis oraciones mucho mejor que como he pedido.
Aunque muchas cosas no pasan como en un principio me gustaría, con el tiempo, puedo ver cómo todo me ayuda a bien gracias a Dios (Rom 8:28).
Lo que tú y yo necesitamos es tener presente que Dios estará con nosotros y guardar Sus palabras en nuestras mentes.
Esa es la invitación que te hago. :)
Disfruta tu vida y vívela en abundancia, pero ni se te ocurra limitar a Dios en lo que Él quiere para ti. Confía en Él con todo tu corazón.
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32)
Feliz 2014.
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