“Estuvo bien que me hicieras sufrir porque así entendí tus enseñanzas”. (Salmos 119:71)
Odio las muelas del juicio. En mi país se conocen como cordales. Son unas muelas que le crecen a algunas personas cuando tienen más o menos 20 años, y al crecer, empujan a otros dientes y los tuercen.
El momento en que crecen es muy incómodo, y para algunas personas es doloroso, pero hay un momento peor: El momento en que un odontólogo te las saca para luego poderte arreglar los dientes.
Durante los últimos días me han sacado las cordales. Me dolió, pero fue por un bien mayor… y creo que es por esa razón que Dios quiere sacar muchas cosas de nosotros.
Dios quiere hacer algo maravilloso de ti. Para eso tiene que cambiar/sacar muchas cosas en ti y lo más probable es que muchos de esos cambios te vayan a doler. (¿Qué puede ser más doloroso que morir para volver a nacer?)
Hay detalles en nuestras vidas, como hábitos de las personas que solíamos ser, que deben ser mutilados y sacados de nuestro carácter y corazón para que podamos conocer más a Dios y vivir en más abundancia.
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Si hemos puesto nuestra fe en Jesús, Él nos ayudará a desprendernos de aquello que nos impida crecer. Si le hemos pedido que se haga Su voluntad en nuestras vidas, Él la hará pero habrá un punto en el que tendremos que elegir si continuamos o no.
En un momento de dolor para mí, en el que Dios estaba sacando algunas muelas del juicio de mi ser, yo tuve dos opciones: Decirle a Dios “ya no quiero que hagas tu voluntad”, lo que hubiese implicado renunciar a todo lo que en verdad es valioso, o continuar en la fe para conocerlo más.
Dios, en uno de los milagros más grandes que ha hecho en mi vida, me ayudó a escoger la opción que nací para escoger, la opción que de antemano Él ya había escogido para mí y hoy puedo decir que valió la pena. Sin Dios yo no hubiera podido escogerla y así como Él me ayudó, Él quiere ayudarte a ti si se lo permites y das los pasos que tengas que dar en tu caminar con Jesús.
Cuando un artesano va a pulir su obra de arte, muchas veces va a tener que pasarle una lija para quitarle las asperezas y otras veces tendrá que darle golpes con un cincel. Así obra Dios y siempre es para bien porque Él quiere hacer de ti una boca saludable con una linda sonrisa que muestre su Gloria.
Si Dios no fuera amor, Él no haría esto.