Si todo lo que yo supiera sobre el cristianismo fueran las noticias feas y dolorosas que se publican en línea sobre escándalos en iglesias cristianas, yo no sería creyente.
Pero alabo a Dios porque esta realidad no lo es todo. Por la gracia de Dios, las noticias desgarradoras de pecados notorios en iglesias cristianas no son lo único que sé sobre el cristianismo ni tampoco es lo único que sé sobre la iglesia.
En una época donde las malas noticias dan la vuelta al mundo con facilidad, necesitamos recordar esto: por cada cosa fea que vemos en Internet relacionada la iglesia, Dios está haciendo miles de cosas hermosas en las iglesias locales donde la Palabra es predicada y Su pueblo busca con sinceridad caminar en Su voluntad.
¿Incluso las iglesias más comprometidas con Cristo y Su evangelio pueden tener problemas inexcusables, algunos más notorios y serios que otros? Por supuesto que sí y deben ser abordados. No podemos justificarlos y excusarlos.
Pero por cada defecto en la iglesia pequeño o enorme que se vuelve noticia o punto de polémica en Internet, Dios está haciendo un millón cosas buenas, bellas y sabias. Cosas que no son noticias de primera plana, ni son destacadas por los algoritmos en las redes sociales, pero que son reales y perdurarán para siempre.
Cristiano sigue fiel a su esposa luego de 40 años de matrimonio. Pastor persevera en su iglesia manteniendo integridad durante toda su vida. Creyentes ser perdonan unos a otros. Iglesia local inicia nuevos ministerios de misericordia y enseñanza en su comunidad. Titulares de este tipo no atraen clics en este mundo ni en las redes sociales, pero son noticias reales todos los días.
Este tipo de cosas —pequeñas e insignificantes para los ciegos— son tan verdaderas y preciosas que Dios está mostrando Su sabiduría infinita por medio de ellas a los principados y potestades en los lugares celestiales (Ef 3:10).
Sin embargo, a veces pienso que nada es más fácil que ganar popularidad en Internet criticando y criticando, y nada es más fácil que volverte una celebridad en el mundo cristiano que haciendo eso mismo con la iglesia. Incluso si decimos ser cristianos bíblicos o con «sana doctrina». ¿Cuántos influencers ascienden a la fama principalmente por hablar denunciando y criticando a sus supuestos hermanos?
Es curioso que como creyentes nos disparemos a menudo entre nosotros (¡y en público!) olvidando que Jesús dijo que por nuestro amor los unos a los otros el mundo nos reconocería como Sus discípulos (Jn 13:35). Dios le ha dado el derecho al mundo de juzgar nuestra profesión de fe sobre la base de nuestro amor.
De nuevo, con esto no quiero decir que deberíamos callar ante los pecados y errores en la iglesia. Debemos hablar sobre ellos. Jesús lo hace (ver Apocalipsis 2-3) y también los apóstoles en las cartas. No hay nada amoroso en callar ante el pecado y el error. Pero esta es la pregunta que quiero hacerte: ¿Qué tal si buscamos ser más intencionales en agradecer y alabar a Dios públicamente por las cosas buenas y hermosas que Él hace en medio nuestro? Nuestro mundo lleno de divisiones y sin Dios necesita que vivamos de esta forma también, no solo criticando o denunciando.
En otras palabras, ¿qué tal si el balance entre nuestras críticas y palabras de ánimo y gratitud reflejaran mejor la realidad de que Dios está haciendo un millón de cosas buenas en la iglesia?