Creo que Dios tiene más o menos la siguiente ¿conversación? con muchos evangélicos hoy en día:
— (Evangélico) Yo declaro que AHORA se abren sobre mi vida las ventanas de los cielos y recibo las bendiciones de Dios para mis finanzas…
— (Dios) Primero que nada, ¿sabes qué es el cielo?
— ¡Lo declaro en el nombre de Jesús!..
— ¿No has leído bien las palabras de mi Hijo, cierto? Yo quiero darte algo que vale más que todo el dinero.
— Lo declaro, lo declaro, lo declaro…
— Aló. Escúchame: Las palabras tienen poder, pero las cosas no funcionan como tú crees que funcionan. Yo no soy un simple genio mágico y la fe es más que repetir palabritas. No crees en mí, sino en la metafísica que te ha enseñado un falso pastor. Si creyeras en mi hijo, pensarías diferente.
— ¡Y ahora arrebato TODO lo que el diablo me quitó!..
— Si creyeras de verdad en mi Hijo y no en una idea retorcida que tienes de él, no tendrías que «arrebatar» nada al diablo porque todo en tu vida estaría en MIS manos. Además, el diablo no te hace caso a ti.
— Y hago un pacto ante Dios para ver su bendición y su mano en mi vida…
— ¿Te has leído la Biblia? En ningún momento acepté un pacto propuesto por algún hombre. ¿Qué rayos te hace pensar que yo aceptaría un pacto que viniera de ti?
— ¡Y lo hago en el nombre de Jesús!..
— Mira, «en el nombre de Jesús» no son palabras mágicas. Orar en el nombre de Jesús es orar en Su naturaleza, y eso solo es posible si tuvieras mi Espíritu en ti y no vivieras en un placebo. ¿Crees que Jesús oraría como oras tú?
— Y ahora llevo mi ofrenda al altar para ver Su mano en mi vida…
— Escúchame, yo ya di la mayor ofrenda. Deja de aferrarte a tu orgullo.
— LO DECRETO…
— Eres un terco y me has ignorado a pesar de que te amo. Mi misericordia es mayor que todo lo que tú amas, pero tú no lo ves porque decides seguir siendo ciego y sordo. ¿No quieres hacer mi voluntad? Entonces sigue haciendo la tuya.
— ¡AMÉN!..
Lee también mi serie «manías peligrosas» sobre las modas de declarar, arrebatar y «atar» al diablo