«La Biblia no es un buen consejo, toda ella es LA VERDAD»
— John MacArthur
¿Alguna vez te ha pasado que recibes un mensaje maravilloso de una persona a la que amas, y lo lees una y otra vez, ya sea un mensaje en Facebook o en tu teléfono?
Lo que sientes al leer ese mensaje es tan solo una sombra de lo que un hijo de Dios siente al leer la Biblia, y también es una sombra de lo que la Iglesia, la novia de Dios, siente al leer la Palabra de Su amado. Y es que la Biblia no es solo un mensaje de Dios. La Biblia también es como Su Facebook… y me encanta stalkearlo.
Hay mucho que podría hablar sobre la Biblia y nunca sería suficiente. Estoy seguro de eso.
Lamentablemente, en muchas congregaciones «cristianas» la Biblia no tiene la importancia que merece. Cuando las personas dejan de adentrarse en la Biblia, empiezan a creer en falsas doctrinas. Es por eso que la falta de lectura y meditación de la Biblia aumenta exponencialmente la cantidad de estupideces que dicen los «cristianos», pero no quiero hablar de eso hoy.
Hoy quiero tratar de decirte qué significa la Biblia para mí.
Recuerdo que cuando me acerqué a ella por primera vez, era la cosa más enigmática del mundo ante mi mirada. Había mucho que no entendía. Aún hay cosas que todavía no termino de entender, pero ser cristiano no se trata de tener todas las respuestas, sino de tener la fe correcta. Sin embargo, cada vez la entiendo más y mejor… y cada vez la amo más.
Cuanto más estudio la Biblia, más me enamoro de Dios.
La Palabra de Dios es más importante que al aire que respiro y que la comida que como.
Ningún mensaje es más valioso que el que narra la Biblia a lo largo de todas sus páginas.
Cuanto más conozco la palabra de Dios, menos confío en las palabras y opiniones de los hombres. (Comparte esto en Twitter)
Antes solo la leía sin meditarla, pero cuanto más la estudio y la leo detenidamente, más me alimento de todo lo que ella me ofrece. Ya no simplemente trago, sino que también la saboreo y he descubierto que se trata de un manjar delicioso que no deseo despegar de mis labios, mis ojos, mis oídos, mi cerebro, mi corazón, mi alma.
No hay nada en las escrituras que no sea perfecto. Puede parecer increíble que exista la Biblia tal y como existe en realidad, pero es así. Es fascinante.
Todo en ella tiene su razón de ser. Todo encaja a la perfección. Todo cautiva. Todo enamora. Todo abruma. Todo apunta a Jesús y habla de Su gloria.
Algunas personas creen que la Biblia me lavó el cerebro… y es cierto, y me alegro de que haya sido así porque mi viejo cerebro estaba lleno de mucha basura.
En la Biblia están las palabras que me sacaron de la Matrix. No solo de la Matrix del mundo, sino también de la Matrix de las religiones.
Nunca dejo de maravillarme de cómo TODA palabra en la Biblia se enlaza de una forma que jamás pudo haber sido inventada o imaginada, y es que como dijo C.S. Lewis, “Dios no puede ser producto de mi imaginación, porque, para nada, Él es lo que yo pude haber imaginado”.
Empecé a escribir este posts con la intención de decirte cómo la Biblia ha cambiado mi vida y es capaz de cambiar la tuya, pero sencillamente no puedo describirlo. Debes experimentarlo si aún no lo has hecho. De hecho, es algo que necesitas hacer desesperadamente. ¿Cómo lo sé? Porque yo soy humano al igual que tú y también necesito más de la eterna palabra de Dios.
Pregunta para ti: Si la Biblia ya ha cambiado tu vida, ¿cómo lo ha hecho? Te animo a que lo escribas en un comentario abajo. ¡Me encantaría leerlo! :)