Este 24 de diciembre estoy cumpliendo 22 años y he estado pensando muchas cosas. Algunas de ellas, las quiero compartir contigo en esta breve carta.
He estado pensando en que Dios nos hizo para Su gloria, y en que somos las personas más libres del mundo cuando somos esclavos de Cristo.
He estado pensando en que cuanto más conocemos a Dios, más queremos conocerlo y más lo amamos.
He estado pensando y recordando que vivir sin Jesús no es vivir, es simplemente existir.
He estado pensando en lo asombroso del verdadero significado de la navidad.
He estado pensando en cómo el amor de Dios nos hace ver realmente todo lo demás, y en que el crecimiento espiritual está relacionado con ver las cosas como Dios quiere que las veamos. He estado pensando en que todo es más claro cuando la Biblia ilumina mi mundo.
He estado pensando en todo lo que he vivido y aprendido a lo largo de este último año, y puedo ver que Dios nunca deja de ser fiel a sus promesas y que sus planes son mejores lo nuestros. Dios quiere que seamos testimonios de eso. Sigamos confiando en Él.
He estado pensando en que no se trata de cuanto hacemos por Dios, sino de cuanto Él ha hecho por nosotros. Dios te ama sin medida a pesar de que te conoce sin medida, y quiere que lo conozcas, quiere conocerte, quiere ser glorificado en tu vida.
He estado pensado en el hecho de que todo lo que Dios nos da es por pura gracia. En que merecemos Su ausencia y Él está dispuesto a darnos Su presencia. En que Jesús no murió para que yo pudiera ser salvo, sino para que yo efectivamente sea eternamente salvo al igual que todos los que han creído en Él.
He estado pensando en esta oración de Pablo que hoy también oro por ti y quiero compartir contigo:
“Por eso yo me arrodillo delante del Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe su nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder; para que por la fe Cristo habite en sus corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor, sean ustedes plenamente capaces de comprender, con todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor, que excede a todo conocimiento, para que sean llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea dada la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.” (Efesios 3:14-21 RVC)
Feliz navidad. Un fuerte abrazo desde acá.
Que Dios sea glorificado en tu vida, todos los días.
PD: La foto no es de esta semana pero me gusta el paisaje. :)