Hoy quiero hablar sobre el bullying «cristiano».
Es posible que en Facebook hayas visto la imagen DRAMÁTICA que encabeza este post. Es una imagen bastante popular y muchos de mis contactos en Facebook la han compartido. También la he visto en ciertos perfiles en Twitter.
Si la imagen es dirigida a padres, eso no es bullying «cristiano»: Eso es algo que oscila entre el abuso infantil y la corrección. Sin embargo, parece que la imagen va dirigida a todos los cristianos. Digo eso por el uso evidente que se le ha dado y porque además victimiza a quienes reciben exhortación… y por eso creo que es muy incorrecta. No siempre que se dice la verdad se está haciendo bullying
Ser un cristiano y hacer bullying es una contradicción. Seamos sinceros: Si una persona dice que es cristiana, pero se la pasa juzgando, señalando y condenando a la ligera a los demás, dudo mucho que sea cristiana. «Por sus frutos los conocereis» (Mateo 7:16).
Los cristianos procuran amar al prójimo y no juzgarlo injustamente. Sin embargo, parte de amar al prójimo es señalarle la verdad y llamar al arrepentimiento cuando sea necesario, siempre haciéndolo con amor y seriedad (lo cual implica dureza y honestidad cuando se requiere) aunque para algunas personas parezca bullying.
Para un ejemplo claro y contundente de eso, miremos la predicación de Jesús.
Ehhh… Eso sí es de Cristo.
Muchas personas creen que Jesús es una especie de hippie cósmico al que no le preocupa nuestro pecado y nunca quiere herirnos.
En realidad, Cristo sí dijo muchas cosas confrontantes, incómodas y honestas que no debemos ignorar cuando leemos la Biblia. Las dijo porque nos ama.
“Son mejores las heridas del amigo que los besos del enemigo” (Prov 27:6 NBD)
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No sé quien rayos hizo la famosa imagen que te mostré ni qué Biblia se leyó, pero aquí te muestro que Jesús sí dijo a algunas personas TODAS esas cosas que la imagen dice que «no son de Cristo», y en muchas ocasiones las dijo con las mismas palabras:
- Cuando Jesús llamó a algunas personas «generación de víboras» o «generación adultera y mala» y cosas de ese estilo, básicamente los llamó pecadores y les dice que es necesario que se arrepientan para no ir al infierno. Algunos versículos en donde se relata esto son: Mateo 16:4, 12:45, 12:34 y Marcos 8:38.
- En Juan 8:44 Jesús le dice a algunas personas que son hijos del diablo.
- Son tantas las ocasiones en que Jesús llamó hipócritas a los falsos hombres de Dios, que citarlas todas haría este post muy largo. Algunos de los pasajes en donde puedes leerlas son: Mateo 15:7, 16:3, 22:18, y SIETE veces en el capítulo 23. También puedes leer Lucas 12:56 para añadir uno más.
- Cuando Jesús dijo esto a los fariseos escribas y fariseos, les dijo que son una mala influencia: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros» (Mateo 23:15).
Eso me enseña a mí que decir la verdad no siempre es hacer bullying o ser malo con la gente.
Jesús no vino a hacernos bullying, sino a salvarnos. Era necesario que Él dijera todas esas cosas para despertarnos, para llamarnos al arrepentimiento y mostrarnos que necesitamos la salvación y el gozo que solo Él puede darnos. Dijo todo eso por amor a las personas.
Necesitamos repensar las palabras duras de Jesús. Necesitamos tener presente que la persona que más nos ama es la que nos dice la verdad. Y necesitamos la verdad; no algo que se le parezca.
Conclusión sobre el bullying «cristiano»:
El bullying «cristiano» (o mejor dicho, pseudo-cristiano) es una terrible realidad. Sé que hay personas que dicen ser cristianas pero usan la Biblia como una espada contra el prójimo, no para invitarlos al arrepentimiento, sino para aumentar ellos mismos sus egos y creerse super-santos. El legalismo y fariseísmo está mal. Eso es algo horrible que Jesús condena.
Sin embargo, el hecho de que una persona le diga a alguien algo confrontante y honesto, no significa que le esté haciendo bullying. La Palabra de Dios nos anima a decir la verdad. Incluso nos dice que así podemos salvar de la muerte a alguien en cierto sentido, si esa persona se arrepiente y mira a Jesús gracias a lo que le hemos hablado (Santiago 5:19-20).
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Dale un vistazo a estos versículos (los énfasis los he añadido):
- «Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza» — El apóstol Pablo a Timoteo (1 Tim 4:13).
- «Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.» — El apóstol Pablo de nuevo al joven Timoteo (2 Tim 4:1-2)..
- «Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo.» — Lucas sobre la predicación de Juan el Bautista (Luc 3:18).
- «Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.» — El apóstol Pablo a Tito (Tito 2:15)
¿Lo ves? Estamos llamados a exhortar, reprender con paciencia, sinceridad y dureza cuando sea necesaria, y sobre todo amor.
Una persona tiene que odiar mucho a alguien para ‘suavizarle’ el evangelio y lo que significa la santidad.
Por eso doy muchas gracias a Dios por los líderes, pastores y hermanos en la fe que saben confrontar a quien está en pecado para que recapacite y se arrepienta. Ellos aman a las personas. En lo personal, doy gracias a Dios por quienes no me suavizaron la verdad y me dijeron las cosas con honestidad, porque Dios los usó para traer a mí Su palabra.
Alguien que no tiene el amor de Dios en su corazón, posiblemente hará bullying «cristiano» si le das una Biblia. Alguien que tiene el amor de Dios en su corazón, tiene amor por el prójimo y proclamará la verdad para salvación de las personas que no saben que están perdidas a pesar de que algunas se crean salvas.
No debemos ocultar de nuestra predicación las cosas duras que Jesús dice. Él habla cosas duras sobre realidades duras. Eso hace el verdadero amor. Lo contrario es el consentimiento. Debemos predicar TODA la verdad, tanto la ley, como la gracia. Sin ley hay «gracia» barata y sin gracia hay perdición.
Es importante ser honestos y predicar con amor, animando con seriedad a las personas a vivir como Jesús quiere que vivamos. Nada es más urgente que predicar el evangelio.