La mayoría de nuestras Biblias están saturadas de números, divisiones, referencias, subtítulos, notas, mapas, etc. Todo eso puede ser útil, especialmente durante el estudio bíblico, pero a menudo estas cosas sencillamente estorban nuestra lectura natural y fluida de la Palabra, nos distraen, y hasta nos intimidan innecesariamente.
Una de las mejores respuestas a esta tendencia es la nueva Biblia del Lector, publicada por Holman. Es una presentación hermosa de la Palabra, en portadas con colores olivo o vino, de pasta dura, cuidadosamente diseñada para la lectura inmersiva y natural. No incluye las divisiones de capítulos y versículos, ni subtítulos y otros añadidos.
Esto nos ayuda a leer la Biblia un poco más como la leía la audiencia original, comprendiendo mejor cómo los argumentos y las historias se desarrollan a lo largo de cada libro de la Biblia (he hablado sobre eso aquí). Estamos frente a un gran antídoto contra nuestra tendencia natural a leer la Biblia en trocitos (versículos) aislados sin ver cómo el bosque de la Palabra, y no solo los árboles, glorifican a Dios.
Actualmente, esta presentación de la Biblia cuenta con el texto de Nueva Versión Internacional. Aunque esa versión es muy buena y confiable, yo preferiría una traducción menos dinámica y más formal. No obstante, para muchos creyentes el texto en NVI es algo positivo debido a que la lectura puede ser más natural para la mayoría de las personas.
Debo concluir esta reseña breve diciendo que, desde que llegó a mis manos, uso a diario la Biblia del Lector como mi Biblia principal para lecturas devocionales y extensas. No puedo dejar de recomendarla. Desde hace años he soñado con leer la Biblia de esta manera, y hoy me gozo al ver este sueño hecho realidad. Esta Biblia es un regalo precioso para la iglesia, un recurso que nos ayudará a deleitarnos más en la Palabra, y un impulso hacia una transformación en la forma en que conocemos más la gloria de Dios revelada en la Escritura.
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