Algo que me impacta cuando me adentro en la Palabra de Dios, es ver que la única razón por la cual Él no ha desatado todo su juicio sobre la humanidad, es por Su gran misericordia. Una vez leí a alguien decir que el pecado tendría menos adeptos si las consecuencias fueran inmediatas.
Un Dios amoroso y bueno es un Dios justo que castiga el pecado, sé que esto no suena agradable para la mayoría de la gente. Pero es importante enseñar la verdad de que somos pecadores y merecemos la ira de Dios por nuestra maldad. Predicar la buena noticia sin primero haber explicado la mala no es predicar el evangelio, no es dar realmente la buena noticia.
Las personas en esta cultura jamás empezarán a entender lo grande y maravilloso que es el amor de Dios y Su misericordia, si no empiezan a entender primero la justicia de Dios y la gravedad del pecado… y una forma en que se evidencia ese pecado es en lo hipócrita que es esta misma cultura. Una hipocresía que se refleja en el éxito de 50 Sombras de Grey.
Una cultura hipócrita que necesita a Dios.
No es difícil ver que esta cultura en la que estamos tiene una doble moral. Por ejemplo, dice que “todas las personas tienen derecho a expresar lo que creen”, pero a los cristianos les dice “¡cállate, intolerante!”. Proclama que “toda verdad es relativa” al mismo tiempo que acusan lo que ven mal, ignorando que en el relativismo no tienen base alguna para eso. La cantidad de ejemplos que puedo seguir mencionando son prácticamente innumerables.
Esta cultura aplaude que se hable a favor de los derechos humanos, al mismo tiempo que incentiva la obscenidad y morbosidad de la gente en los medios, para hacer dinero, y muestra la promiscuidad como si fuese algo bueno, lo cual no es más que la objetificación de las personas y el sexo.
Eso último es de esperarse cuando una cultura rechaza a Dios y ubica al hombre como el centro de las cosas, lo cual es la esencia del humanismo. Al rechazar al Creador, el hombre no tiene base para justificar su dignidad. Aunque la idea de los derechos humanos se ha expandido mucho, dicha idea tiene su raíz histórica en la enseñanza bíblica de que fuimos creados a imagen de Dios[1]Wolterstorff, Nicholas. (2010). Justice: Rights and Wrongs. Princenton University Press.. Cuando se niega esta verdad, como en la práctica cultural actual, el hombre es sólo un animal más evolucionado que los demás.
La degradación en 50 sombras de Grey.
Como ves, el humanismo de esta cultura la ha deshumanizado. Cuanto más niega a Dios, más deshonra lo humano sin notarlo. Por eso no debe sorprendernos lo que esta cultura hace del sexo: Mientras exalta la sexualidad y busca hacer dinero con ella, la degrada en realidad. La vuelve cliché y ordinaria. Cuando se rechaza a Dios, las cosas creadas no ganan valor, sino que lo pierden.
Esta generación piensa que es mejor y más evolucionada que las generaciones pasadas con respecto al sexo, dicen: “la gente en el pasado era de mente cerrada y por eso mantenían pudor, pero nosotros estamos haciendo lo que ellos se perdían”.
De hecho, se dice que el fundador de un imperio pornográfico moderno dijo en una ocasión: “El sexo es una función biológica como comer o beber, así que olvidemos todo el pudor y el recato que existe al respecto y hagamos lo que nos venga en gana”[2]Citado en: MacArthur, John. (2010). Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Romanos. Editorial Portavoz. P. 133. Sea cierto o no que haya dicho eso, así es como este mundo ve el sexo cuando le da la espalda a Dios y lleva a su conclusión lógica la idea muy subyacente en lo secular de que solo somos animales y de que no hay un Dios justo que nos hizo a Su imagen y contra el cual nos hemos rebelado. Curiosamente, ese razonamiento sobre el sexo no es para nada avanzado: En la Biblia vemos cómo Pablo lo rechazó en Corinto hace 2.000 años (1 Corintios 6:13).
La historia de la humanidad demuestra una y otra vez que el “boom sexual” de esta civilización no es resultado de un estado superior, sino de estar cayendo más bajo. El éxito de 50 Sombras de Grey es un medidor de lo grave que está siendo esa caída. Es un indicativo de cuanto se ha corrompido esta cultura al rechazar la verdad de Dios. La Biblia habla de todo esto cuando describe la tragedia humana en Romanos 1:18-32.
Esto suena muy escandaloso, pero el colmo de la irracionalidad es que millones de seres humanos pagarán para ver en pantalla grande cómo el ser humano se degrada a un mero objeto y se pervierte, en apelación a la lascivia, el maravilloso regalo de la sexualidad.
Llamados a ser la luz del mundo.
La sociedad necesita desesperadamente la verdad de Dios y no algo que se le parezca. Necesita ver que sólo Dios puede llenar nuestras vidas y hacernos disfrutar las cosas que Él nos da como necesitamos hacerlo, en amor y agradecimiento a Él.
Esta cultura necesita ver que sin Dios sólo hay desgracia, y que aunque se cree libre en realidad es esclava del pecado (Juan 8:24). Es preciso mostrarle la necesidad que tienen de la salvación que sólo hay en Jesús. Por tanto, esta civilización necesita verdaderos cristianos que estén firmes en la verdad y sean humildes porque son salvos por gracia.
Si en verdad somos la luz del mundo, apuntaremos a la Luz verdadera y expondremos naturalmente las cincuenta sombras de hipocresía de esta cultura (Mateo 5:14; Juan 8:12). Hagamos caso a la Palabra de Dios:
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2)
Si no fuera por la gracia de Dios, ciertamente este mundo sería mucho peor. Así que afirmemos lo que está bien a nuestro alrededor, pero nunca nos amoldemos a lo que está contra la verdad ni dejemos de proclamar a Cristo. El sistema del mundo nos rechazará (Juan 15:18-20), pero es mejor ser impopulares que ser hipócritas al callar sobre la justicia de Dios y Su amor.
¿Seremos la clase de personas que brillarán para la gloria de Dios en la hora más oscura de la cultura que nos rodea?
Referencías