Existen personas que dicen ser cristianas pero nunca comparten el evangelio con quienes no lo conocen. Esos “cristianos” son como agentes secretos: Nadie sabe que son cristianos. Solo las personas los ven los domingos en una congregación.
Estas son 5 razones para ser como esos agentes secretos y no compartir el evangelio:
1. Si te importa mucho tu reputación.
En un mundo en donde los cristianos son un hazme reír para muchos, en donde el pecado es la moda y en donde la gente no quiere creer en Dios, serás muy criticado por predicar la verdad.
Si lo tuyo es buscar caerle bien a todo el mundo, entonces no compartas el evangelio. El verdadero evangelio tal y como está en la Palabra de Dios es la cosa más radical y confrontadora que puede existir.
¿Te importa más agradarles a las personas que hacer la voluntad de Dios? Es más importante lo que Dios dice de ti que lo que dice la gente. Jesús vino, entre muchas cosas, también para hacernos libres de la esclavitud.
Si te importa mucho tu reputación, no compartas el evangelio, pero si te importan las cosas eternas y que realmente valen, entonces vive compartiendo el evangelio todos los días.
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2. Si odias a las personas.
¿Hay personas a las que odias y quieres que terminen en el infierno? ¡Entonces nunca le hables del evangelio! No le hables de la obra de Jesús, no le hables de la realidad del pecado, no le hables de la justicia y de la misericordia de Dios, no las exhortes, no seas honesto.
El apóstol Pablo habla esto sobre las personas que no invocan el nombre del Señor para salvación:
“… Pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo». ¿Pero cómo pueden ellos invocarlo para que los salve si no creen en él? ¿Y cómo pueden creer en él si nunca han oído de él? ¿Y cómo pueden oír de él a menos que alguien se lo diga?” (Romanos 10:13-14).
Las personas NECESITAN escuchar el evangelio.
Yo tendría que odiar mucho a mi prójimo para no hablarle del evangelio. Si tú odias a tu prójimo, esa es una buena razón para que te quedes callado y no hables a las personas de Jesús.
No hay nada de amoroso en conocer la mejor noticia en todo el universo y no compartirla con personas que la necesitan desesperadamente.
Predica el evangelio en todo momento, y si es necesario, regaña a las personas que dicen «y si es necesario, usa palabras». — Sproul Jr.
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3. Si no sabes qué es el evangelio.
He llegado a la conclusión de que la gente que dice ser cristiana pero nunca comparte el evangelio, no sabe qué es en realidad el evangelio ni quién es realmente Jesús. Tal vez tienen ideas con respecto a Jesús y creen en esas ideas, pero están apartados de un verdadero conocimiento de lo que significa la cruz.
El apóstol Pablo escribió a la iglesia en Roma que no se avergonzaba del evangelio porque el evangelio es poder de Dios para salvación de los que creen (Romanos 1:16). ¡Por eso Pablo se esforzaba tanto en predicarlo! Y es que una vez que uno conoce realmente de qué se trata el evangelio, uno tiene el deseo ardiente de compartirlo con el mundo entero.
¿Para qué vas a hablar de algo que no conoces? Si no sabes que es realmente el evangelio, entonces tienes una razón para no predicarlo.
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4. Si tu conversión fue imaginaria.
Esta razón tiene que ver con la razón anterior. Si no sabes qué es el evangelio tal y como está en las Escritura, entonces aunque digas que eres cristiano, lo más seguro es que tu conversión haya sido imaginaria.
“Cada cristiano es un misionero o un impostor” — Charles Spurgeon.
Cuando alguien dice que es cristiano pero nunca habla de Jesús, no le creo. Es imposible vivir para Dios y no dar frutos para Su gloria (Juan 15:5, Mateo 7:19). Es imposible conocer la fuente de vida eterna y no decirle a las personas de ella.
Cuando conocemos a Dios mediante Jesús y nos deleitamos en Él, lo adoramos como consecuencia de conocerlo y se nos hace imposible quedarnos callados ante la sociedad. Él es más que lo que podemos imaginar.
5. Si quieres desperdiciar tu vida.
«Aquel que escucha el evangelio está atado a repetir el evangelio. Según conocemos al Señor, estamos llamados a decirle a otros lo que el Señor nos ha dicho; y si no lo hacemos así, somos culpables de desobediencia a un gran precepto del evangelio» — Charles Spurgeon.
Creo que una de las razones por la cuales los cristianos no van al cielo automáticamente cuando reciben la salvación, es porque en el cielo no hay nadie a quien evangelizar.
¿Quieres desperdiciar tu vida? Entonces no hables de Jesús. Esa es una forma segura de vivir sin propósito.
Si estás en esta tierra, es porque Dios quiere ser glorificado en ti y usarte para dar a conocerse a quienes se encuentran perdidos y esclavos de sus pecados.
Predicar es algo que necesitamos hacer. Necesitamos vivir para la gloria de Dios. Necesitamos compartir el evangelio. Es algo apremiante para cada cristiano. Al hacerlo, vivimos con gozo y Dios es glorificado.
En mi ebook Conociendo a Dios Every Day (descárgalo GRATIS aquí) hablo lo siguiente:
Tú no naciste el día en que naciste por coincidencia. Tú tienes un rol que solo tú puedes desempeñar en este tiempo en el que estamos.
Aunque Dios no te necesita, Él quiere usarte para expandir Su Reino en este mundo de una forma en la que no usará a nadie más porque nadie es como tú, ya que tienes una personalidad única. Por eso Dios te ha dado la misión de que compartas a Jesús. Por eso Dios te ha dado dones y talentos: Para que des amor a tu prójimo mediante ellos y así dirijas la atención de las personas hacia Cristo.
No desperdicies tu vida viviendo sin propósito. Predica el evangelio.
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